La prevención es la mejor opción para hacer frente a cualquier problema de salud infantil incluyendo la salud bucodental. Por ello, es importante actuar antes de que nuestros hijos sufran caries. La genética dental nos va a permitir conocer de antemano la predisposición de los niños a desarrollar caries u otras patologías dentales antes de que éstas aparezcan con lo que podemos evitar o retrasar la aparición de caries en nuestros hijos. Pero además, con la farmacogenética, es posible saber la facilidad del paciente a metabolizar los medicamentos, lo que permite precisar los medicamentos concretos que se deben prescribir a los niños así como la dosis exacta. De este modo, los tratamientos resultan más eficaces y se evitan los indeseables efectos secundarios. Por ejemplo, gracias a la farmacogenética dental, podemos determinar si un niño no debe tomar un antibiótico concreto – como los aminoglucósidos- que pueden causar sordera aunque solo si el paciente tiene predisposición genética. Gracias a un simple test genético conoceremos la predisposición genética de los pacientes a sufrir ciertas enfermedades y podremos determinar el tratamiento más adecuado según sus necesidades.